jueves, 21 de mayo de 2015

Migraciones

La principal ruta migratoria de Asia a Europa pasa a través de Turquía y llega hasta Grecia, cuya frontera está expuesta a dos importantes vías migratorias: una desde Asia, Oriente Medio y África a través de Turquía hacia las islas o la región nordeste de Tracia; y otra desde los antiguos países comunistas a la frontera norte de Grecia (principalmente desde Albania pero también desde la Antigua República Yugoslava de Macedonia y desde Bulgaria). En general, los controles de las migraciones internas y externas no han paliado realmente el problema, entre otros motivos porque la presión migratoria es muy fuerte, las redes de tráfico de emigrantes están creciendo y, al mismo tiempo, no hay canales para la migración legal. Grecia necesita adoptar una política de gestión de la migración pro-activa con el fin de regular con más eficacia su mercado del trabajo y de combatir la migración irregular.


En el período comprendido entre 2003 y 2004, unos 50.000 inmigrantes irregulares fueron detenidos bien en la frontera, bien dentro del territorio griego. Las cifras han aumentado desde 2005, año en que se produjeron 66.000 detenciones, que se elevaron  a 95.000 en 2006 y a casi 70.000 en los primeros ocho meses de 2007. Sin embargo, no está claro si este incremento refleja un aumento en el número de personas que tratan de cruzar la frontera de Grecia de forma ilegal, un aumento en el número de personas que residen irregularmente en Grecia  una intensificación de los esfuerzos de los guardias fronterizos tanto en la frontera como en el interior del país.


País\Año
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007 
Total
Afganistán
1.851
1.254
653
928
634
1.264
3.239
9.823
Irak
2.677
1.100
166
139
304
348
471
5.205
Palestina
80
73
325
647
445
624
903
3.097
Somalia
10
139
439
234
298
182
921
2.223
Egipto
3
4
29
450
821
296
21
1.624

Grecia necesita matar dos pájaros de un tiro si es que quiere controlar la inmigración ilegal en los próximos años. El país necesita adoptar una política de migración proactiva que responda a las necesidades del mercado de trabajo interno al tiempo que desaliente el trabajo irregular y las entradas no autorizadas. Más concretamente, debería haber una mejor coordinación entre los esfuerzos de control internos y externos y la regulación general del mercado de trabajo: la lucha contra las entradas y estancias no autorizadas en la frontera y en el interior del país debe combinarse con: (a) aceleración y racionalización del proceso para conseguir permisos de residencia; (b) reorganización de los procedimientos para “invitar a trabajadores” que puedan demostrar el respaldo de un ciudadano o residencia legal por un año para buscar un empleo; y (c) facilitar el empleo estacional y alentar que –a través de recompensas financieras e institucionales– los emigrantes temporeros vuelvan a sus países de origen al final de la temporada alta en la agricultura o el turismo. La migración irregular en Grecia no puede mantenerse bajo control sin una gestión más eficaz de la migración laboral a través de vías legales.

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